Guía de cuidados
PASO 1: LAVADO
Los tejidos de lana merino no necesitan lavarse después de cada uso. Recomendamos airearlos durante unas horas si desprenden olor.
Lava a mano tus prendas de punto en agua fría o templada (20° como máximo).
Utiliza una cantidad muy pequeña de detergente especial para lana. Ten cuidado, un exceso de detergente o un detergente inadecuado puede hacer que el tejido se descuelgue.
Lava tus prendas de punto con suavidad, no las dejes en remojo más de unos minutos. Al aclararlas, procura no retorcerlas.
No utilices suavizante en un tejido de punto, ya que podría provocar el afelpado del tejido y alterar su suavidad.
PASO 2 : SECADO
No escurras nunca las prendas de punto y, sobre todo, olvídate de la secadora.
Envuelve la prenda suavemente en una toalla para eliminar el exceso de agua, sin escurrirla.
Recomendamos secar sobre una toalla y sobre una superficie plana (mesa, cama, etc.).
No olvides doblar las mangas para que no se estiren.
Evita tensar el punto, aunque sea ligeramente, y ten en cuenta que la forma de antes del secado seguirá siendo la misma una vez seca.
PASO 3: PLANCHADO
El planchado no es necesario si el lavado y el secado han ido bien.
Sin embargo, si planchas tus prendas de punto, toma todas las precauciones necesarias:
- Planchar muy suavemente del revés
- No presiones ni aplastes el tejido
- Utiliza una tabla de planchar
PASO 4: EL CUIDADO
Te recomendamos que dobles tus prendas de punto y no las cuelgues para evitar que se deformen.
Es normal que con el tiempo aparezca algo de pilling debido al roce diario. Si te molesta, puedes utilizar (con mucho cuidado) una cuchilla para pilling o un peine.
A las polillas les encanta la lana, así que para evitar que se instalen en tu armario, te recomendamos que coloques bolas de cedro en su interior. También les encanta la oscuridad y odian el movimiento, así que evita dejar tus prendas de punto durante años en el armario, prioriza ambientes secos y ventilados y no dudes en airearlas antes de guardarlas.